domingo, 28 de abril de 2013

Groenlandia. Cómo, porqué y donde.

Puedo empezar diciendo que esta ha sido mi "conquista" personal del Ártico.

Por cosas del destino me embarqué en una aventura que convirtió en realidad una de mis grandes ilusiones... y que me llevó a colaborar con la agencia Tierras Polares en Groenlandia.

Me hice a la idea de donde estaba cuando vi por primera ver el perfil de Islandia en el horizonte, asomada por la ventana del avión: una escala obligatoria en Reykjavik antes de partir a la segunda isla más grande del mundo, latitud norte.

Tras unas horas de sueño y una visita rápida por la cuidad, subimos al pequeño avión de hélices que tras un vuelo perfecto con una visibilidad digna de resaltar, nos acercó a un paisaje extraordinario.
Era el Este de la isla: montañas oscuras y escarpadas, arañadas por las duras condiciones de un Océano frío (Corriente del Labrador) que hace que la vida sea casi imposible, cientos de glaciares cuyas lenguas rozan el océano, y miles de icebergs que se mueven al ritmo de los fuertes vientos...




Afortunadamente las zonas Sur y Oeste hacen gala del nombre (Greenland = Tierra Verde) y son, al menos en época estival, verdes y agradablemente aptas para su disfrute.




La base de operaciones está en Qassiarsuk, una pequeña aldea al otro lado del fiordo que lo separa del aeropuerto de Narsarsuaq.
Es una zona preciosa: cientos de kilómetros de fiordos con glaciares espectaculares en su cabecera y miles de icebergs que siguen su recorrido hasta mar abierto.
El clima hace que se trate de una zona con vegetación que, aunque escasa, confiere ese característico color verde que contrasta con el eterno azul y blanco de las aguas y los hielos...





La cultura Inuit es simple y compleja al mismo tiempo.
Se trata de un pueblo con una fuerte identidad propia. La historia habla de poblados de iglus de turba, vikingos con ansia de poder, conquistas polares y dependencia a fondos y recursos europeos.
Geográficamente americana, pertenece política y económicamente a Dinamarca. Gracias a estos últimos poseen un aceptable sistema educativo y sanitario, y pueden presumir de contar con agua corriente y luz todo el año. El enorme potencial de recursos minerales hace que numerosas empresas de todo el mundo establezcan cada vez más puestos prospectivos, a la espera de un cercano deshielo completo del océano en verano. El tiempo dirá hacia donde navega su futuro.








Retomando el blog

Un viaje a las antípodas personales es algo complejo.
No consta de una sola experiencia, aunque esta fuera al otro lado del mundo.

Continuamos con el viaje... que ha dado para mucho desde entonces... ¡retomando el blog!