miércoles, 1 de mayo de 2013

Groenlandia. Kayak en Tasiusaq, Trekking Valle de las Mil Flores y Valle Glaciar de Qooqqut.


Éstas son las 3 grandes visitas en los alrededores del Hostel base de Qassiarsuq; nos introducen en el espectacular paisaje groenlandés.
En mi caso visité estos lugares en diferentes momentos, pero creo que así es más sencillo hacerse a la idea de cómo es esta zona.



 Valle Glaciar de Qooqqut


¡Mi primer contacto con los gigantes y gélidos icebergs!

Después de unos dias en Qassiarsuk partimos dirección S-SE hacia la desembocadura del Valle Glaciar de Qooqqut, donde miles de icebergs de gran tamaño entran a formar parte del fiordo cuyas aguas bañan toda la zona.

La visita se realiza en barca, y tras poco más de 30 minutos te encuentras casi por sorpresa con estos gigantes. El olor y el sonido que emanan te producen una extraña sensación. El silencio lo invade todo.
Es un lugar habitado únicamente por hielo de todas las tonalidades de azul, blanco, gris y verde. Las formas y tamaños del hielo son también muy variadas; hay algunos claros y lisos, que se corresponden con las zonas altas del glaciar de origen; mientras que otros son oscuros, rugosos y densos, procedentes de zonas más profundas y aplastadas por el paso de miles de años.

Todos ellos bailan en un constante movimiento de estabilización/desestabilización, pues las aguas sobre las que flotan los desgastan de forma desigual en la zona subacuática. Cuando esto pasa, el peso de la parte superior los balancea y voltea, comenzando de nuevo el proceso.


 

Trekking + Kayak en Tasiusaq


Se trata de una caminata muy sencilla y escaso desnivel que parte de la aldea de Qassiarsuq y atraviesa una zona de páramos rodeada de pequeñas lagunas de agua dulce. No supone más de 2'5 horas llegar hasta el vecino valle glaciar de Sermilik, donde encontramos una zona resguardada de aguas tranquilas surcada por icebergs procedentes de un glaciar cercano.

Por el camino se atraviesan algunas granjas con pocas ovejas; éstas conforman el escaso ganado que sobrevive a estas latitudes. La zona también ha sido aprovechada para el cultivo de forraje que servirá de alimento a los animales durante los 8-9 meses de duro invierno.

Al otro lado encontramos la base de Kayak de Tierras Polares, donde tras ataviarnos con la ropa estanca adecuada, podemos embarcarnos en una bonita y relajante experiencia: navegar entre icebergs en Groenlandia.

El tiempo en este país es tan imprevisible y relativo que tienes que aprender a disfrutar de cada momento y lugar con todo tipo de condiciones. La primera vez que llegué a esta zona llovía a cántaros. La ropa impermeable nos resguardaba más de la lluvia que de las gélidas aguas bajo el kayak. Aún así recuerdo la experiencia como una oportunidad excepcional de admirar la belleza de un paisaje casi vírgen. Los témpanos de hielo parecen emanar una luz propia, llenándolos de mil tonos de azul y blanco. Huelen... a hielo... y también suenan... sobre todo cuando alguno de ellos se desestabiliza y comienza a darse la vuelta... si es grande, es atronador.
La segunda vez, unas semanas después, visité la zona con un sol expléndido (que también sale por aquí, y mucho).



Trekking Valle de las Mil Flores

 
Al otro lado del fiordo, dirección NE desde el aeropuerto de Narsarsuaq, hay un pequeño valle fluvial-glaciar que asciende siguiendo el río. Se trata del conocido como Valle de las Mil Flores.

Es un trekking fácil y muy agradecido, en el que rápidamente se gana altura y se tienen unas vistas privilegiadas tanto del valle como del glaciar. La zona más alta se caracteriza por ser una zona rocosa repleta de lagunas de agua de lluvia y nieve ¡hacen aún más bonita la visita!


Además de esto, el río meandriforme que atraviesa la zona tiene unas proporciones impresionantes...  naturaleza vírgen y salvaje frente a tus ojos. Y es que en esto recae una parte fundamental de la visita a la isla groenlandesa: todos los que viajamos a lugares así, donde podemos caminar entre verdaderas maravillas, ensanchamos nuestra alma al sentirnos empequeñecer por la alegría que supone...

Recuerdo la llegada al final como una victoria, pues se trató del último trekking de mi viaje. Todos estábamos emocionados y de muy buen humor, y como en otras muchas ocasiones disfrutamos del picnic con una de las mejores vistas del mundo.